Los cristales hieren la piel cuando no se sabe lidiar con el cristal, el cristal nace desde lo más profundo del pensamiento cuando las mentiras bailan tomadas de la mano sobre la tumba del libre albedrío. Juntemos sensaciones para que no sea tan fácil y aburrido vivir, los más holgazanes de la vida son aquellos que mueren en pena, esa que creen eterna. Ellos son, son los zánganos de la tristeza y los vagabundos de la vida. Critico con una cruda verdad, soy fuego para la madera seca, más conocida como “verdad pintada” y aquellos que han leído algo de lo que he escrito lo saben muy bien. Me voy a hacer famoso cuando encuentre ese circulo que detecta lo que cuesta detectar, los trabajadores divinos que no ven las cosas de una forma superficial, los trabajadores divinos que saben cuales son las frases novedosas que rompen con la tradición establecida y gastada, los trabajadores divinos que aumentan su número sin evitar su propia proliferación, los trabajadores divinos que me han de recordar cuando suelte este chaleco de carne malgastada. Y así dijo la gallina cuando sentía que venía el huevo: “No hay que dar a luz para luego entregar a tu hijo a desconocidos, lo único que harán ellos es mal criar a tu hijo como lo hicieron contigo”.
Archivo del blog
-
►
2009
(42)
- ► septiembre (4)
Datos personales
jueves, 25 de marzo de 2010
lunes, 22 de marzo de 2010
**** Dudo porque no Creo, Creo cuando no Dudo ****
¿Son falsos aquellos que han decidido no ser verdaderos?, ¿son multables aquellos que han decido no seguir las leyes establecidas?, ¿cuando decidí yo aprender de aquellos que han pintado una verdad?, ¿cuando las figuras han tenido una forma que no tenga nombre?, ¿cuando sé yo cuales son las necesidades que realmente me benefician?. Yo culpo a los padres que no han sabido responder estas preguntas, aquellos que gozan de amor para sus hijos sin saber que su amor hace daño algunas veces. Los padres tienen un rol fundamental en la creación de la sociedad y su responsabilidad es poderosa, las separaciones consiguen realidades distintas y cuesta creer que la sociedad no se junta por cuenta propia, la sociedad es una creación en la actualidad, la sociedad es obligada a cumplir un rol en la sociedad, la sociedad ha sido arbitrariamente obligada a estar cerca, las casas juntas, las casa bonitas, las feas, las pobres, las ricas, las modestas y las de clase media. La sociedad ha sido arbitrariamente obligada a estar unida o a estar en contra, las corrientes ideológicas han sido la unión y la separación de la sociedad. El gobierno áureo que nadie conoce, el gobierno supremo que nadie ve, es aquel que paga a los sicarios más letales del mundo y a su vez los más ignorantes para separar y/o unir a la sociedad en un cúmulo de odio que nos lleva a una muerte segura. Los sicarios son los padres.
**** Del 3 y el 23 para ti Violeta Parra ****
Jugué tres segundos y miré la hora cuatro veces, para darme cuenta de que cinco de mis amigos se tenían que acostar a las seis de la mañana. El carrete acababa y ya nos habíamos tomado siete cervezas, el alcohol hacía su efecto y cansaba el cuerpo, disfrutando de los vicios se aprende que para prolongar el carrete, no es recomendable empezar a divertirse a las ocho de la tarde. Las nueve visiones que implanté formaron un cúmulo de odio contra los diez mandamientos, aquellos que se conocen hace siglos y de los cuales no es recomendable hablar a la once. No me imagino llegar a las doce de la tarde para almorzar, claro que no, mucho menos me imagino llegando a ver el canal trece, nunca me ha agradado ese canal católico, desde los catorce años no sigo a la iglesia católica ni a ninguna otra. Quince veces defenderé a Violeta con mis dieciséis esperanzas, para que algún día se valore lo que está ahí para ser valorado. He decidido volver a los diecisiete con el pensamiento que tengo ya forjado en dieciocho años de reflexión obligada por hechos que no se deberían vivir. Sólo cuando vuelva al siglo diecinueve sabré lo que significa trabajar de la mano con la tierra para que la vida trascienda, el siglo veinte no me da la razón, mucho menos el siglo veintiuno. Malditos veintidós años que se fueron este año y venerados sean los veintitrés que me acompañan ahora, el tiempo no existe más que como un número, como lo normal no existe más que como una mentira.